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miércoles, 23 de enero de 2013

ESQUIRLAS DE LA INCERTIDUMBRE

Foto de Anca Buzatu, cogida del FB de Otilia Ignat






ESQUIRLAS DE LA INCERTIDUMBRE




…obscena marcha de maniquíes somníferos,
la sombra de los astros es un zorro en su gruta.
MICHAEL LEIRIS




nada es fiable en esta aldaba oxidada del aliento cuando el cuervo de la incertidumbre ronda las esquinas del sombrero cuando el río maloliente de la cubierta de los libros está a punto de desvencijarse y el cuervo espera el momento preciso para morder la tinta derramada en las ingles nos matan —me dices con mal presagio— estas esquirlas vívidas de la escoria: ¿acaso es la muerte prematura remedo de las simetrías la que nos acecha con su sangre agonizante? ¿qué porfía nos saja la conciencia e inventa la turbiedad de las vísceras el filo transversal que tuerce el rostro del día sin ningún miramiento? —Odiamos el futuro con todas sus variante verbales mientras escupimos los relojes rancios de la limonada la lágrima obsesa en la espada sombría del desván o el taburete ¡qué manera de morir la nuestra! ¡qué destino más desolado después de leer las manos sobre los huesos quebrados del cáliz el exceso de miedos inconfesos la caverna interna que nos mantiene en sigilo sin hacer asible al menos la ceniza que escapa de las ráfagas del mapa de nuestras propias cavilaciones  tras el fondo de los absolutos sólo hay migajas del resuello en la alacena de la mortaja que nos echa de menos con sus diademas góticas: nos muerde la polilla hecha argamasa la idolatría desollada de las brasas y aquel atril desde donde alguna vez el viento y las palabras hicieron su labor de prédica si bien la oscuridad es extenuante y vulnerable el último verso del poema todo destino es un debate innecesario: aunque hayan combates incesantes siempre habrá la certidumbre del malherido con el escupitajo de los escombros el invierno descalzo de los paraguas y el trasiego del tacto en las quemaduras (con todo, somos “a solas un número insensato un pliegue en las membranas de la ausencia un relámpago sepultado en un jardín burbujas donde late la espuma de otro mundo bestias fugitivas con hocicos y bocinas arrebatados por lo indecible”…) ¿hacia qué otros  ojos nos empujan nuestros párpados los fragmentos que nos quedan de lágrimas la envoltura que nos prolonga hacia los tapiales? Ya hemos destruido las parábolas y los proverbios en el propio sofoco de la sed desollada pero nos queda todavía la yesca colgando de los dientes —en la próxima estación dejaremos de ser señuelos de la salmuera mueca y gangrena así queda escrito en las cuclillas del follaje pese al hipo del cansancio y a estos despojos indecibles mañana con nuestra propias armas habremos de traspasar las laringes cercenadas de este remedo que nos vuelve vulnerables frente al granito desasido…

Barataria, 12.I.2013


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