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miércoles, 19 de diciembre de 2012

MANO ABIERTA

Andrei Langa





MANO ABIERTA




Al poeta Andrei Langa, con la gratitud de la tinta

el tiempo no está a nuestra medida…
LOUIS ARAGON

Las sombras que tú creas no tienen derecho a la noche. 
PAUL ELUARD



la mano abierta del reloj en los meses de invierno del poema sacamos del tiempo los molinos de la melancolía  para que esté despejado el camino de las palabras: para nosotros los poetas los otros tiempos de la luz el alhelí del poema que canta la vida y la palabra en el dintel de sol y no en las manos de anticuarios ahí reside la fuerza de los párpados en medio del conglomerado de las estrellas florece el pecho de girasoles verdes en tu mano anclada en el poema el sombrero del pájaro retenido en el cuenco de la tinta posesa de las manos canta enternece el viento en el fuego del poyetón del bosque la sombra oval de los hemisferios de la voz y ese abrir el bolsillo sin egolatrías el poema siempre es un fluir en los despojos del Edén: nos grita el infierno furioso entre túneles y ergástulas entre esas adivinaciones de la posmodernidad que nos acecha con el vómito de las aceras y los burdeles y también los brazos no explorados de los ríos la ruleta rusa de la sangre de los telares la estación de un almácigo picoteado por los zapatos del suicida entretanto hacemos un filme de las espigas mientras escribimos  en la joroba de la oscuridad de las carretas del cielo lo que queda del rompeolas de las fotografías es el caracol del poema  los lavamanos destrozados de la geografía el futuro que quiere suicidarse al primer segundo de ceniza los poetas sabemos cómo y cuándo incinerar la poesía deformarla sajarla quitarle las pústulas morderle los encaje de la sintaxis hacer girar las hélices de las estrellas caducas prematuramente los poetas sabemos que el día no cicatriza sus heridas en la garganta ni en los cerillos del foco del éxtasis ni en el frío oculto en el pasamontañas del tiempo: los poetas sabemos estrangular los grises cuando ya se volvieron un fastidio ahorcar las ventanas quemar los bolsillos diminutos de los centavos y hasta sollozar en una tarde sin puentes sin ríos desnudos como las aguas del mar en la celosía de las alas con las manos abiertas siempre es posible volver a gemir en el goteo del cierzo y hacer de los minutos un balcón de vértigos  y sobre los paraguas mordidos de la noche un techo de botellas tropicales Vos ya lo sabés poeta: un poema escrito al mediodía es una furia en la noche la muerte se cobija con la saliva del alma todo instante es una rama fugaz de contrarios no hablo claro del teorema del abismo sino de los filos del desvarío del poema  de la eterna sinalefa disfraza de caricia o del rumor que siempre subvierte los jardines vos lo sabés poeta:  siempre estamos registrando los extravíos del tiempo los eructos de la luna y el bosque de las aceras que gime frente a nuestros ojos así da fe el poeta del hollín del fuego de las poleas de  sus soledades…

Barataria, 17.XII.2012


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