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lunes, 31 de diciembre de 2012

HUESOS NÁUFRAGOS

Imagen: FB de Oana Paraschiv, foto de Petre Chirea





HUESOS NÁUFRAGOS




Soy una manera de la locura. La libertad de la locura. El 
fondo, si queréis, de la locura. 
XAVIER ABRIL




los nombres clavados en mi pecho rompen las hojas de las ramas  de la sábana amortajada del tránsito los largos pájaros conversando con candados y los caballos negros en las aceras del vuelo esta locura de los acueductos trepana el vuelo detenido en la tarde de la ceniza los jardineros de los caracoles bajan al río y hacen sonar las trompetas de Jericó las mismas que arden en la hoguera caníbal: sojuzgamos la esperanza a la locura y arrancamos la lengua de los campanarios la herradura ciega que llevamos en los poros: sal o humo o plomo esta imagen cuerda del pájaro que a fuerza de canto habita las palabras pulcras de las lámparas en la ventana sobre una pierna impúdica  vuela la brizna al fin en las aceras de esta manera de ser incesante de los tejados  bajo los zapatos móviles de la arena esta locura las naranjas calcinadas de la tarde la libertad simplemente que nos ahoga las manos: sin duda es locura esta mendicidad de los inviernos que caen de golpe en la carcoma de los ojos los días caídos de la sangre las hojas  acrecentando el sepia de los poros mientras mueren de ausencia los litorales soy nada más esa confusa agua que golpea los paredones  la taberna a bordo de las sombras de un blues la partitura de la bruma que humea en los zaguanes el sapiens sin indulto el espejo desnudo donde entibio mis naufragios la botella que permanece intacta al borde la almohada sí soy esa locura donde los puñales besan el cuello de las palabras los clavos después del diluvio de la sangre el disparo del estriptís del asfalto y los neumáticos soy el fondo donde flamean los clowns de las hermenéuticas la plaza sobre el rocío de los cadáveres el prófugo del disparo cuerdo de la piedad: me asalta la luz de las carpinterías el vaho del aullido de los túneles a ratos me olvido quitarme las uñas de la boca salgo huyo de los ojos que amo le digo adiós a un verso de Apollinaire le dejo el semen de frío a las orquídeas y luego le escribo cartas de estímulo a los cuerdos a los sensatos a los racionales: pero no pienso dejar de amar los pezones de contrabando de lo innombrable y aunque heredé las valijas rotas de mi garganta sigo  así con terrores de sal en el costado tu voz es mi voz enjaulada en los tragaluces abisales de los ojos extraño las ánforas de la cordura y las avenidas y los periódicos que venden en los supermercados en el color de los huesos  no hay ríos que alteren la tristeza sino cobertizos de ceniza  sé que soy una locura entre tantos bisturíes andando y desandando las calles: en el tren disperso del agua los ojos devorados de los apóstoles…

Barataria, 18.XII.2012



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