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sábado, 29 de diciembre de 2012

HOMENAJE A LA POESÍA

Paul Gustave Fischer A Street Scene In Copenhagen
(tomada del FB de Ars Aestetica)






HOMENAJE A LA POESÍA




lo que hoy siento por las palabras es gratitud: repico y digo misa en medio de las lámparas otra lámpara [ella la poesía] sobre las calles mordiendo los andenes  los lavabos el hampa los neumáticos atascados de kilómetros  entre los fieles difuntos honra las exequias la lápida que aparece en los costados del miedo nombra los cielos falsos del demonio y los días de garlopas en la certeza de que el semen también lleva a la muerte cuando estuve entre los barrotes del ahogo me devolvió la flauta del ave Fénix abrió la página para que de nuevo la tinta fluyera como ese río perforando los túneles cerrados de los párpados  tal vez porque siempre plantó en mi las manos del alfabeto en el tórax tal vez porque nunca penetraron las canículas en el pensamiento  ni hubo fantasmas en los callejones del barrio sino tiempo y faroles y viento horas respirando en las paredes tangibles de la garganta en ella y con ella he reinventado mi propia historia: todo es presente en la razón trenes al alcance de la humildad de mi conciencia si una vez  dos tres veces o más hubo presencia del patíbulo fue sólo para reordenar las fechas repetidas de la saliva en la anáfora subrayada de la deshora  y sí en el rito de la tinta a menudo con dosis de insomnio conjuros que nadie entendería ritos del espejo dibujado en la memoria y manos urgidas que me dieron el misterio como aquél pretérito de duendes encantados al filo de la lluvia o la boca  en la ventana y la claridad siempre se hizo corpórea yo que siempre respiro en trenes nocturnos la descubrí en el desván inverosímil del travesaño metabólico de los adobes allí donde no habían mariposas sino cuervos de adusta sapiencia y ausencias y desatinos inaudibles  ¿pero qué cosa es la poesía?  ¿de qué íntima palpitación viene su parpadeo, este destino deshecho en el aliento? jamás podré dar las respuestas precisas porque es la desnudez en el albor de los adoquines el balcón del murmullo en el remanso del propio sueño: a más silencio resplandecen los almendros y el surco amanecido del camino y hasta el aire infinito de las alacenas la ráfaga vital que horada el combate pues bien cuando el asombro se ramifica deviene el aire en respiros al punto de abrir las ventanas y el arado pronto viene el poema como una casa habitable allí se encarna toda la pureza del poema: la potestad ante el deletreo redimido en la campanada silenciosa de los pinos el portal de la trementina como un cascabel de tormenta: la luz siempre duele en el pecho duele un blues en la maroma de un clown Magritte en las contramochetas de la luz  los paraguas nupciales del tejado la siguiente careta en las bodegas de Houdini o acaso el zigzag de las atracciones fatales en el fuego que trabaja los asedios en lo profuso de lo abscóndito…

Barataria, 23.XII.2012



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