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miércoles, 25 de abril de 2012

IDENTIDAD DE SOLSTICIOS


Al cambio de estación, los estados sobrenaturales del agua y los grifos que limpian
 las paredes filosas de la melancolía; sobre el riachuelo irguiéndose en el rostro
 los esqueletos ciegos de las bóvedas, el pecho colgado en el mediopunto
 de la saliva, los pómulos abultados de la intemperie.
Imagen tomada de Miswallpapers.net




IDENTIDAD DE SOLSTICIOS




Partimos el día en dos mares, y allí, el remolino del aliento: el bostezo de las funerarias como duendes, las llaves de la epifanía en las pupilas. Nos hemos vuelto idénticos a los símbolos y las anáforas, al seesaw de la pizarra de la hojarasca, al código de la niebla del presente, sin más acompañantes que los sepultureros; y la náusea de la calle como los aperos de labranza de todos los días. Al cambio de estación, los estados sobrenaturales del agua y los grifos que limpian las paredes filosas de la melancolía; sobre el riachuelo irguiéndose en el rostro los esqueletos ciegos de las bóvedas, el pecho colgado en el mediopunto de la saliva, los pómulos abultados de la intemperie. (Como un raro espejo de porcelana la sapiencia del búho en el ala del pájaro trashumante del clamor de los caballos que cruzan las ventanas. El ojo aquieta el surco de los meridianos, la altitud que se vuelve noche en el pañuelo.) Venimos de probar otras impurezas: nos hemos lavado pies y manos, y rezado bajo el algoritmo del escapulario; contamos los suspiros en la camándula del tren polvoriento que cruza el entrecejo. Y al cabo, contamos el aliento en la piel; luego nos viene el astillero de la fronda, esa que le pone sombreros a la sangre. La misma sangre perpetuada en el cuaderno de la progenie. (En algún sitio del invierno seremos manos mansas, vitrales donde el tiempo abre las llaves sin esta pobreza galopante que nos cobija en penumbra. Seremos visibles, no espectros de nocturnos inventarios. No desveladas formas del melodrama del trueno.)

Barataria, 25.IV.2012

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