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sábado, 18 de diciembre de 2010

TAYLORSVILLE

Mi alma entera se embriaga en la lengua blanca pegada a los dedos. Quiero que los ojos vuelen como dos zorzales sobre la nieve. Camino. Cielo helado extendido, niebla total en las mañanas.
Fotografía André Cruc haga






TAYLORSVILLE




Pero ahora yo ofrezco mi pecho (…,)
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza
desenfrenada.
WALT WHITMAN




Mi alma entera se embriaga en la lengua blanca pegada a los dedos. Quiero que los ojos vuelen como dos zorzales sobre la nieve. Camino. Cielo helado extendido, niebla total en las mañanas. Aún así, camino entre promontorios de nieve derretida. Camino junto con mi mujer buscando los otros colores: el de la sangre y el alma y el sueño, entre los grises que van y vienen… A la luz de unos faroles, la luna huye del camino. También hemos sentido el viento, descender a nuestros huesos. Levitamos sobre el vapor del aliento. Desde siempre los sueños nos respiran como un río. De pronto atravesamos paisajes insólitos: nubes con devoción de ventana, aguas congeladas, diáfanas en la penumbra. En las manos llevamos suelta la desnudez de las pupilas.

Kearns,Utah, diciembre de 2010

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