Estás hecha de relámpagos, de luz, de lluvia.
De arbitrio, de ardimiento, de blues.
Estás hecha de océano. De olfato.
De lengua. De saliva. De fermentos. De asfixia.
Estás hecha de campanas y luciérnagas.
De arbitrio, de ardimiento, de blues.
Estás hecha de océano. De olfato.
De lengua. De saliva. De fermentos. De asfixia.
Estás hecha de campanas y luciérnagas.
Imágenes en blanco y negro
ESTÁS HECHA
Nadaba por el agua transparente
Estás hecha de relámpagos, de luz, de lluvia.
De arbitrio, de ardimiento, de blues.
Estás hecha de océano. De olfato.
De lengua. De saliva. De fermentos. De asfixia.
Estás hecha de campanas y luciérnagas.
Estás hecha de escaleras y uvas.
Estás hecha de mediodías rotundos.
Estás hecha de sonidos y agua.
Estas hecha de poros delirantes y lengua de semillas.
Estás hecha de mis gotas de árbol.
Estás hecha del abismo que se abre a la centella.
Estás viva en la gracia del hambre.
Estás sosteniendo la raíz terrestre.
La fragancia del hallazgo, la arteria de la torre
En el relincho.
Estás en lo invisible de la noche:
El huracán crece en silbidos.
Estás con la espina adentro de la respiración.
Estás así, demencial, cercada por la esperma.
Estás de rodillas bajo la hipnosis.
Los labios discurriendo en la música.
Estás convulsiva en el respiro:
Ay, el grito en plenas alas.
Estás hecha para derramar todos los ritmos:
Pétalos frenéticos del arroyo.
Estás hecha para remover las aguas más espesas
De este vértigo de tsunami.
Estás hecha de cabellos dóciles.
De brea. De tea. De oleaje.
Estás hecha de lava y espejos. De azúcar despavorida.
Estás hecha de húmedos almácigos.
Estás hecha de pétalos y alambiques.
De cárdeno musgo. De andar sin puertas.
Estás hecha para el gozoso olor del azogue.
Para subir los párpados a las estrellas.
Estás hecha para levitar en el azul de la guitarra.
Estás, ahí, perversa con tu tacto.
Horadando el timón del éxtasis.
Estás hecha de innumerables soles.
Estás hecha de sal dulce: profana
Carne en el desvelo.
Estás hecha de ríos eufóricos.
Estás hecha para beberte en el desvarío.
Estás hecha en los costados, de luces victoriosas.
Estás hecha para que la hoguera
Deje su tatuaje…
Barataria,23.IX.2010
ESTÁS HECHA
Nadaba por el agua transparente
en el hondo, y pescaba gozoso
con un pequeño arpón peces brillantes,…
OLVIDO GARCÍA VALDÉS
OLVIDO GARCÍA VALDÉS
Estás hecha de relámpagos, de luz, de lluvia.
De arbitrio, de ardimiento, de blues.
Estás hecha de océano. De olfato.
De lengua. De saliva. De fermentos. De asfixia.
Estás hecha de campanas y luciérnagas.
Estás hecha de escaleras y uvas.
Estás hecha de mediodías rotundos.
Estás hecha de sonidos y agua.
Estas hecha de poros delirantes y lengua de semillas.
Estás hecha de mis gotas de árbol.
Estás hecha del abismo que se abre a la centella.
Estás viva en la gracia del hambre.
Estás sosteniendo la raíz terrestre.
La fragancia del hallazgo, la arteria de la torre
En el relincho.
Estás en lo invisible de la noche:
El huracán crece en silbidos.
Estás con la espina adentro de la respiración.
Estás así, demencial, cercada por la esperma.
Estás de rodillas bajo la hipnosis.
Los labios discurriendo en la música.
Estás convulsiva en el respiro:
Ay, el grito en plenas alas.
Estás hecha para derramar todos los ritmos:
Pétalos frenéticos del arroyo.
Estás hecha para remover las aguas más espesas
De este vértigo de tsunami.
Estás hecha de cabellos dóciles.
De brea. De tea. De oleaje.
Estás hecha de lava y espejos. De azúcar despavorida.
Estás hecha de húmedos almácigos.
Estás hecha de pétalos y alambiques.
De cárdeno musgo. De andar sin puertas.
Estás hecha para el gozoso olor del azogue.
Para subir los párpados a las estrellas.
Estás hecha para levitar en el azul de la guitarra.
Estás, ahí, perversa con tu tacto.
Horadando el timón del éxtasis.
Estás hecha de innumerables soles.
Estás hecha de sal dulce: profana
Carne en el desvelo.
Estás hecha de ríos eufóricos.
Estás hecha para beberte en el desvarío.
Estás hecha en los costados, de luces victoriosas.
Estás hecha para que la hoguera
Deje su tatuaje…
Barataria,23.IX.2010
Cómo elaboras la belleza entre tus manos -Poeta-. Cómo la acercas a la pulcritud. Cómo exploras las formas y el contorno, las orillas del labio, los huecos inacabables, la tristeza perenne de los hombros...y se forman cielos en los ojos cuando llegas -André- a derramar tu savia en el cuaderno...
ResponderEliminarBon jour, Maestro.
Besito.
Marina Centeno.
Ni yo sé, Marina, en qué patios, traspatios, corredores y antesalas ando.Es el espíritu que se alza, Eros acumulado en vasijas y enterrado en el alma.
ResponderEliminarEs el olvido el que inventa todos estos árboles del alfabeto.
Te mando u n eso enorme,
André Cruchaga
Estimado André Cruchaga: es un soberbio poema que se desliza como una lengua vigorosa por la piel de una mujer. Es un placer leerlo en voz alta.
ResponderEliminarSaludos desde Costa Rica.
Muchas gracias, Marcelo, por su visita y por su generoso comentario.
ResponderEliminarUn abrazo y mis mejores parabienes para usted. Y no deje, cuando pueda, de visitar este aunque sea a caballo.
André Cruchaga