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martes, 8 de junio de 2010

DESTINO DE LA LUZ, EL AMOR

¿Hacia qué rumbo alumbran mis recuerdos, los días prestados del aliento,
Este amor de congojas, desdibujado en la luz y claro en la noche?
—Va siempre hacia el incierto oleaje del sigilo.
No duerme el sueño, perro desvelado en la fronda de la claridad.
Pintura del maestro Francis Picabia








DESTINO DE LA LUZ, EL AMOR








…said I don't know what I did
But I know I gotta move
I got the shotgun blues
Shotgun blues
I can't stay here forever
I got too much here to lose…
GUNS'N'ROSES







¿Hacia qué rumbo alumbran mis recuerdos, los días prestados del aliento,
Este amor de congojas, desdibujado en la luz y claro en la noche?
—Va siempre hacia el incierto oleaje del sigilo.
No duerme el sueño, perro desvelado en la fronda de la claridad.
No acierta en cada pálpito del eco, por más claridades en las campanas
Del anhelo, en el celaje de los candiles y las velas.
—¿Hacia qué luz vamos con la brisa de los pañuelos en las manos?
—Dímelo vos que apretaste los afluentes de la luz.
Que mordiste con los gestos los ríos de la llama,
Los vértigos de la noche en blanco y negro, la bruma de los ángeles.
¿Hacia qué amor nos lleva el vendaval de este país incierto?
No hay rumbo en las aguas desbordadas de esta Agatha siniestra.
Las máscaras son invariables pese al clown del arco iris:
El imán de las bifurcaciones en las palabras,
Los caballos del relámpago en las letras, el acordeón de flechas
Saltando sobre el pájaro, —esa turbia lucidez de los rasguños en pleno
Bostezo de la centella.
El revés del reloj espina el costado. El trasluz de la danza. La nube
Del picaflor en la idea, el proverbio que desvela el desierto.
—¿Marchamos hacia la luz o es, apenas, el engaño del azogue entre
Cabezas de alfileres, como el mapa de relinchos de la llama?
Siempre fue así como los naipes en una mesa de cristal. Cetrería completa
Del espejo, rocío ensalivado de hormigas,
Arañas de humo donde pudo establecerse el diálogo.
Ahora es difícil abreviar el atajo de los contrarios, deshacer la furia
De las antípodas, limpiar el caracol de la metamorfosis, descifrar
Los días tuyos y míos, el destino misterioso de la luz.
Podríamos justificar las esquinas del fuego. Volver a la caridad
De la respiración, amoldar las paradojas a los colores, pero siempre estará
Ahí, el rostro cavilando en la duda, acercándose a lo inaudible.
Segregamos el azúcar de los rostros, de los parques, del mismo nacimiento
Ancestral del tiempo. El infante de nosotros perdió su horizonte visible,
El mismo vuelo de las palabras en piscuchas,
Las alfombras aladas sin tijeras. El ojo del escondrijo de la cabalgadura.
—¿Hacia dónde va el destino de la luz, el cangrejo del suspiro,
La lagartija matinal del alba en medio de una noche sin itinerario?
Siempre la mano entre el aceite y el agua. Siempre aquí, sin más,
La silla de la sencillez alzando la escarcha del diccionario,
Todos los remedos, las hilachas de las hojas, como una orquesta de sal.
Siempre la misma búsqueda sin ojales ni botones…
Barataria, 01.VI.2010

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