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jueves, 29 de octubre de 2009

Divagación postrera [9]

¡Cuánto se prolongan las lecturas de uno en el rostro!








…y ya no pertenezco a la prisión del mundo,
pues llego hasta la luna, desciendo
en sus verdes ríos y en sus bosques
GASTÓN BAQUERO






Divagación postrera [9]






¡Cuánto se prolongan las lecturas de uno en el rostro! Acogedora se vuelve cada palabra: así en mi corteza de pino, vienen oleadas de reminiscencias, don Francisco de Quevedo, Albert Camus, Jean Paul Sastre, Aleixandre: espejos crepitantes de la sangre. Cada aroma devuelve múltiples sabores. A menudo un murmullo se ciñe en las sienes. El agua o la luz o la noche girando desnuda en mis manos. ¡Cuántos labios o ríos en las 28 letras del alfabeto! Relámpagos sostenidos por mis pestañas, mundos que sólo en mi mundo cobran vida, como usted que a menudo se resiste a los vientos.
Barataria, 28.X.2009

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