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viernes, 20 de julio de 2007

Nada envejece tan pronto, salvo una flor_André Cruchaga

Pintura: After de Chirico (1953, oil on canvas, 38x49, National Museum of American Art, Smithsonian Institution. Gift of Mr. and Mrs. David K. Anderson, Martha Jackson Memorial Collection.)






Nada envejece tan pronto, salvo una flor…





Nada envejece tan pronto, salvo una flor…
José Gorostiza




Cuando la flor muere, dura en la memoria
Porque ha vivido.
El poema vive y no muere,
Traspasa la carne y las ventanas. Así fue
Desde el Principio. Ahora arden más sus ojos
Aunque la rodeen los brazos del almez.
Siempre lo efímero es una eternidad
O la eternidad es un hilo fugitivo,
Donde la tarde arrebata la mies de la mañana.
Y sucede que el seno filial también es pasajero
Como el cuerpo en la cripta donde duerme.
La obsesión de lo eterno, sólo cabe en los fanáticos;
El horizonte cuelga en el esqueleto de los siglos,
A pesar de ello, todavía se confía en el arco iris.
Todo envejece pronto, salvo las ideas:
Mi abuela me hablaba de Platón y Aristóteles.
Hace siglos que Heráclito impacienta.
Ella ya no está pero unía los rompecabezas del augurio
Como los antiguos alquimistas del futuro.
Salvo todo, la vida y el caos no envejecen,
Salvo la poesía con su fecunda placenta de semillas
Pervive junto a las lámparas de las catacumbas…
Barataria, 25 de junio de 2005.
Del libro antológico: Salvo la memoria, nada existe, (inédito)
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