ALTAR DE POLVO
Entre los dedos la geometría del agua
del sonido, quizás la tierra
prometida, desparramada en la
fotosíntesis de la piel.
quizás la luz en húmedas luciérnagas,
amarillas lunas en la noche.
Quizás las espinas secas en los
bolsillos, un mundo que nunca
se intuye su sabor, un viento regando
su aroma en la cama
de las intemperies, un marcharse de
la memoria y el tintero,
un sendero en donde solo caen las
hojas de los árboles, sin mayor
aspaviento, la noche acumulada en el
polvo de las ojeras.
Todo es simple como los huesos que
florecen en la sequía,
uno apenas los lee en las paredes o
en una botella de quimeras.
Cada quien camina y se detiene a ver
desde las esquinas
el reflejo del fuego de todos los
infiernos que nos avientan
al destierro, sin poder eludir el
sinsentido de las cunetas.
Vivimos siempre en una especie de
despedida endémica:
nadie nos nombra ni siquiera en el
dolor genético del cadáver
de los ojos que dejaron de
pertenecernos en lo visible.
.
De ‘Como quien pide luz o pide agua’,
2021.2022
©André Cruchaga