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sábado, 30 de octubre de 2021

PÁGINA VENCIDA

 

Imagen Pinterest



PÁGINA VENCIDA

 

 

No comprendes que el final, el verdadero

final, es un paisaje arrancado de tus ojos,

Luis Miguel Rabanal

 

 

Me resisto al azote del polvo en los ojos y al tiempo que me embiste como un jirón de piel arrancado al futuro. Todo sabe a una página vencida y ahí me pierdo mientras escribo en medio de espíritus antiguos. A veces solo resisto a este extraño país tan familiar y tan descarnado como el hueso de intemperie que perdura en los costados. En una hoja de la ventana, entreabierta, suena el viento y juega a lavatorio en mis ojos y hacen fila las hojas que caen en el pájaro de barro que cuelga de las mochetas. Desde la gota de agua de la mañana, sordo el sonido de la caída final, la luz arrancada a la migaja, la nostalgia de los brazos que me faltan: solo me toca escarbar para encontrar unas monedas en el desvarío.

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De ‘Camino disperso’, 2021

©André Cruchaga


viernes, 29 de octubre de 2021

CALLES DE ALABASTRO

 

Imagen FB de Pere Bessó



CALLES DE ALABASTRO

 

 

En las calles empinadas y siempre crepusculares,

luz opaca como filtrada por sementinas láminas de alabastro,

ocurren escenas tan familiares como la muerte y el amor;

María Mercedes Carranza

 

 

Sin asas la losa que se yergue frente a los ojos del color ensimismado del sofoco, de los salmos de ceniza dictados por el viento de las estaciones crepusculares del guijarro. Siempre las calles desnudas como las hojas de papel periódico a la deriva insoluble de los cascos, de las infancias invadidas por extraños ciclones de abandono. Las calles nos desgastan con sus precarios rehenes. ¿Dónde poner un pie antes que desaparezca el alba y nos quede solo la pocilga de país que han hecho a su medida los falsos profetas de la Providencia? —Ante la inclemencia, los golpes de otros desencuentros; la clandestinidad que se avecina para mutar esta noche de espinas. En aquellos sembradíos de tulipanes en Woodburn, no había esta zozobra de usar ropa negra.

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De ‘Camino disperso’, 2021

©André Cruchaga


viernes, 22 de octubre de 2021

TAL VEZ SOLO SEA EL INVIERNO

 

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TAL VEZ SOLO SEA EL INVIERNO

 

 

 

 

Añoro una voz para decir el árbol

Que ronda mis sueños, el nombre de una mujer

Que semeja el descenso de las mareas,

Y el diálogo interrumpido que sostengo

Con el ángel.

María Clemencia Sánchez

 

 

 

 

Tal vez solo sea la partida o el resto de un adiós, el brazo caído

en el árbol del olvido, el despojo de una sonrisa compartida.

Nada nuevo hay en las bocas que callaron en la intemperie,

súbita la esperma en un ataúd de viudez, un muro de piedra feroz,

amenazante entre errantes fangos de cielo sin velámenes.

En el extremo desenrollado del graznido, el tótem de cobijas

sin huéspedes, o el sentido insomne de la última caricia.

Desde luego hay tantas cosas que añoro: el ovillo del paraíso

y ese despeñadero alrededor de tus ijares

y esas aguas hasta el cuello, noctámbulas, colgando del alero.

Hay mareas en tierra, ancha y desnuda, como roca de sed,

y una sombra ciega que nos llama en sucesivo desconcierto.

En el camino del sueño, la palabra tren en tu boca, a veces la lluvia

en tu pecho como una puerta de par en par.

A veces escucho tu voz sobre el agua a voluntad del corazón.

 

De Camino disperso, 2021

©André Cruchaga



sábado, 16 de octubre de 2021

PARAÍSO SIN PÁJAROS

 

Imagen Pinterest



PARAÍSO SIN PÁJAROS

 

  

Paso mi mano fría por la cama

Está vacía, vacía como mi pecho

Como lo que me restó de alma

Via Plaza

 

  

Entre sumas y restas, una jaula frenética, las venas rotas entre los dientes, la ventana del pecho entre sombras, el camino de la herida sin bizna ni fragancia: la herida es náufrago y deriva  en un suspiro sin ropa, helada la sed en los féretros del ojo, hundida la esperanza y sus tripulantes. Hay un grito ebrio en el desierto de la cama, una almohada sorda, fugitiva como el mal agüero de la niebla en los ojos. Ya es remota una fogata de orgasmos en un imaginario de cascajos, o una sonrisa inocente entre montañas de cráneos vacíos. Siempre vivir en un país como el nuestro tiene sus riesgos: nunca falta la pócima de sal en un pocillo de barro gastado por uñas y gritos. Jamás este paraíso tuvo pájaros alrededor de los brazos, pero sí, moscas y sabores agrios.

 

De Camino disperso, 2021

©André Cruchaga


viernes, 1 de octubre de 2021

INTERLUDIO DE LA NOCHE

 

© Obra pictórica Joan Mitchell


INTERLUDIO DE LA NOCHE

 

  

Esta vez adivinarás cuál de nuestras palabras se formó

en un país sin nombre,

cuál de ellas creció y se hizo tan fuerte que tuvimos

por fuerza el silencio.

Melinna Guerrero

 

 

En el interludio de la noche, ninguna voz reclamó por el cuerpo vencido de las palabras, ni por esa boca de silencio próxima a la soledad. Al revés de la desnudez, los goznes de una edad que se niega al tiempo. Es difícil hablar frente a un país despiadado y más cuando nuestros anhelos son solo recuerdos. Tu nombre se confunde con el dolor y más cuando se hacinan los temores, las dudas, la lluvia. Cuando callan las palabras, emerge alrededor una lejanía de sombras interminables. Nunca sabremos consagrar la ternura entre la fiereza del polvo y las calles. Silente la tibieza de tus brazos, aquí y ahora entre confusas vigilias.

 

De Camino disperso, 2021

©André Cruchaga

© Obra pictórica Joan Mitchell