Imagen cogida de joseantoniocobena.com
NIEBLAS ROTAS
En la rama hundida de la niebla
en las sienes, el aliento deshecho de la nostalgia
con sus antiguas aguas de quemada
luz.
(A veces muerdo los sostenes de piedra de la locura, las mañanas
con debates,
discursos. Por suerte, nunca dicen nada. No algo nuevo a lo que ya
sabemos.
Hay quien despotrica con heces en el aliento.
Entiendo que la confabulación se ha profesionalizado hoy en día y
en todas partes;
por cierto, la pizarra de mis ojos no miente, y su tinta a
menudo enciende la memoria
y las páginas de los rotativos de mayor circulación.
Todo al parecer se ha vuelto simple: cada quien lava su
conciencia, o lo intenta
aunque sea de soslayo. Hay demiurgos en todo esto, claro.
Hay cigarros, vodka y días y mañanas en donde surgen múltiples descalabros.
También hay muchos eructos ilustrados del instante.
Uno ve que las semanas emergen limpias, pero nunca se revelan los
significados
del pastoreo de las mercancías, del nómada nosotros de la
humanidad.
Sobre el hambre, el hampa y los bolsillos vacíos y la tierra
prometida.)
—Vos sabés que en lentes oscuros
no caben paraguas, no cabe la razón cierta
de los caracoles, ni el simple
borbollón de palabras bonitas.
La realidad es una ventana de
kerosén, o si se quiere, un viaje con argumentos,
un andén donde no está escrita la
agenda de los sueños.
De la artería rota de los
participios, el ojo del tránsito mordiendo, por cierto,
la desesperanza, y las esquinas
que nos hablan de disfraces…
Barataria, 2016